julio 09, 2009

Pinche pinche pinche trabajo

Siento que navego en un barco de papel, o peor aún, sobre una hoja bond cubeirta de letras, que navega sobre un espejo de agua a pocos segundos de empaparse completamente y bajar al fondo, sin posibilidad de ser legible otra vez.
Uno es jóven, ese es el gran error. Definitivamente, si estas desagradables experiencias tuvieran lugar en un momento de madurez, en uno de esos momentos que la gente suele llamar "de plenitud", es claro que lo que me pasa no pegaría como garrotazo en el ánimo. Pero según me cuentan, todo esto se trata de un aprendizaje, de madurar. Como perones, madurar para terminar cayendo del arbol y sin más que contar, esperar a que se lo deboren a uno como "debe ser"... porque estas cosas "así son, así es en todas partes".
Ahora bien, ¿quien chingados dijo que las cosas así son? Seguramente el mismo cabrón que dijo "vivir fuera del presupuesto es vivir en el error" y por ello, generación tras generación de servidores públicos se dedican al exquisito aprendizaje de comer caca, día a día hasta obtener su jubilación.
Por ejemplo, la secretaria (para este momento, ya es obvio que mi trabajo se lleva a cabo dentro de una oficina, ¿no? dentro del área que se denomina cada vez con mayor asco como "cultura") es una mujer de mediana edad (ella sí que entró en "plenitud", o por lo menos tiene la edad para ello) que llega tempranito a la oficina, enciende su computadora y entra a internet. Las siguientes 9 horas -digo 9 porque en realidad hace "horas extra" para ganar más dinero- las pasa pegada a su perfil de Hi5, a su correo en Yahoo, a los anuncios de Segunda Mano y de OCC, porque siempre busca trabajo... Sus ratos libres, o sea, cuando no está haciendo nada de lo anterior, los dedica a hablar mal de los demás, a quejarse de que todo lo malo le pasa a ella, y a cazar la limosna de quienes entran en el juego de "es que soy tontita". En fin, este patetico personaje vive en realidad del dinero extra que pueda encontrar en cualquier cartera, bolsa, monedero o lo que sea, de aquellos que, en un momento de buena fe o bien de estupidez, decidan "completarle" el salario con un poco de lo que ganan.
Otro ejemplo, la jefa. Una mujer de grandes vuelos, gran carrera política, gran prestigio. Gran bocota. Uno de sus mejores atributos es escribir a computadora solamente con los dedos índices, y caer en pánico cuando el corrector de estilo hace su trabajo y la letra W desaparece del teclado. ¿Porqué a ella le dan el teclado sin W, porqué Dios?!!! Muchos compromisos sociales, muchos viajes... nada, pero nada de nada dentro del craneo. Tal vez el cerebro se quedó pegado al teclado que si tenía letra W...
O bien, la otra asistente... modelo perfecto del arribismo político priísta. Apadrinada por los altos mandos de la educación pública, la pobre yace esperando aquí la oportunidad de su vida, otorgada obviamente por sus múltiples contactos, influencias y redes políticas. Sin embargo, sigue esperando aquí.
Y yo. Yo que no se bien la diferencia entre el bien y el mal. Yo que sigo pensando en los principios éticos y morales que deben sostener un buen trabajo y una buena reputación intelectual. Yo que hasta hace poco tiempo era extremadamente puntual para llegar a la oficina. Yo, que a pesar de todo lo que puedo, quiero o deseo hacer, me encuentro en compañía de los personajes descritos arriba, sentada en la misma banca reflexionando que, en efecto, la única idiota, la única pinche soñadora, la que está mal... si señores, sí. Soy yo.

5 comentarios:

Unknown dijo...

Tal vez sea hora de saltar... Bienvenidos a la Cafebrería de la Lau.

Tu maldición será siempre o casi siempre ser más lista que la mayoría de los que te rodean... y será una constante en el sector público.

Siempre podrás hacer algo para tí, con el nombre que tu quieras, y donde la jefa sea efectivamente cuál debe ser, la más capaz en el recinto.

Diana dijo...

Pues desafortunadamente esta historia la he visto en todos los trabajos que he tenido, y también he llegado a creer que soy la única ingenua que cree en cosas de cuentos de hadas como la ética y la integridad. Al menos es bueno saber que no soy la única. Un gran gran abrazo.

LM dijo...

Gracias a ambos por sus comentarios. Enriquecen mi criterio y me hacen pensar que en verdad esta pinche sociedad está de la caca... pero que hay todavía ciertos individuos a los que aún les gira la tuerca, como a ustedes.
Abrazo, y Diana: Enchanté!

G. dijo...

Definitivamente trabajar para los sectores de Gobiernoe s un asco, aparte de que te explotan de lo lindo y no recibes ni un mísero céntimo. Te etiendo muy bien, yo lo viví haciendo mi Servicio social pero con los del PAN que son unas verdaderas fichitas

Alvaro dijo...

Nooo Laura!! no digas que tu eres la que está mal!, Definitivamente esta sociedad (suciedad) necesita gente como tu que diga: "¿Saben qué?, ¡estan pendejos!" La cultura y los "artistas" como yo te necesitamos! y como dice el gatito del anuncio que está colgado de un tendedero: "Hang in there!"